Ya hace meses que comenzaron las obras relativas al riego de viñas. El proyecto consiste en la creación de un gran anillo hídrico por el cual circulará agua constantemente. Este rodeará las zonas de viñedos más amplias del Valle de las Uvas. Pero el problema surge, cuando la mayoría de los agricultores no ven esta medida como efectiva y a su vez barata para el tratamiento de sus fincas.
Temas políticos a un lado, me centraré en la gestión que se ha llevado a cabo desde el inicio de estas obras, gestión comunicativa pésima.
Hay un gran público que no se ha tenido en cuenta, y son cada una de las comunidades vecinales de la zona, o particulares en cuestión.
Sin aviso previo, era uno de los peones de la empresa ecargada el que iba casa por casa avisando de que el camino sería cortado por unos días.
Tan sólo minutos antes del comienzo, y sin derecho a opinar, el camino era levantado literalmente por una retroescabadora.
La mayoría de los afectados no tienen ni idea en que consisten esas obras, ni para qué sirven. Es impensable que un proyecto de tal magnitud no haya tenido en cuenta en ningún momento ningún aspecto comunicativo.
Caminos cortados, difícil acceso a las viviendas, vías sin asfaltar. Y la gente sigue preguntándose, ¿qué "cojones" hacen trayendo agua para la vid si ya no hay plantaciones? que traigan agua para las casas.
Un claro ejemplo de una catastrófica gestión comunicativa. Señores, los vecinos también conforman su mapa de públicos, no sólo las insitituciones y la empresa que ha movido cielo y tierra para que llegue el agua a su monopolio.